solo cuando murio


derenpente todo quedo en un leve silbido a mis oidos,
derepente todo el mundo se paro y se miro a la cara,
derramando lagrimas de arrepentimiento por el tiempo perdido ,
ganando conclusiones sobre ellas mismas,
queriendo ser algo mas que carne y hueso siendo completamente alma y amor.
derrepente la vida dejo de estar en blanco y negro,
y se dividio en matizes,
el ser humano fue libre al fin.
las personas dejaron de tener deseos carnales y se fundieron en el mas profundo corazon,
sentiendo el AMOR,
sentiendo todo a su alrededor,
todo el entorno,
sentiendo sus vibraciones,
sentian el aire por primera vez acariciar su rostro,
y los rayos solares dorar su piel.
derrepente el ser humano fue pura bondad.
derrepente el ser humano murio libre,
solo y bondadoso,
solo vvio unos instantes antes de desaparecer de la tierra y de la memoria.



"Temale a la muerte aquel que nunca disfruto la vida, muera en paz el que se dio cuenta del valor de las personas".

lunes, 12 de noviembre de 2007

Taxi Driver.











El otro dia junto a mi amigo juan , me compré la edición de coleccionista de este peliculón , una ganga que no se encuentra nunca,estoy muy feliz ya que esta es sin duda mi pelicula favorita,cuando la veo siento paz, me encanta la lentitud con la que esta echa,
esos momento de expresividad de "bobby milk", esa pausa y parsimonia que adormecen mis sentidos.



El origen de Taxi Driver hay que buscarlo en la particular depresión que sufría, por aquel entonces, el desconocido guionista Paul Schrader (hoy en día uno de los mejores directores de cine norteamericano, con obras como Mishima (Mishima. A Life in Four Chapters, 1985) y Aflicción (Affliction, 1997)), tras ser abandonado por su mujer y verse obligado a quedarse sin casa. El camino que recorrió Schrader entre pornografía, alcohol y un anormal gusto por las armas quedó todo plasmado en el guión original de Taxi driver, del que escribió dos versiones en diez días.Taxi Driver narra la historia de Travis Bickle (De Niro), un excombatiente de Vietnam, claro antihéroe de los setenta norteamericanos, década triste y amarga, heredera del sueño roto del hippysmo de los sesenta, mutilada por la guerra de Vietnam, invadida por las drogas y los camellos, todo ello anclado en una desesperación silenciosa con tendencia a estallidos de ira en forma de violencia (situación que quedó muy bien reflejado en el film de Dennis Hopper Easy Rider (ídem, 1969). De entre toda esta desesperación vivamente retratada por Scorsese, de calles llenas de camellos, chulos, putas y luces de neón con carteles cómo "Fascination", renace la figura del alienado por la sociedad, ese hombre sólo, algo zopenco, incapaz de funcionar en un mundo aparentemente normal, donde él, aislado, sólo hace que alimentar su paranoia, bien circulando por las calles llevando a cualquier tipo de pasajero, bien escribiendo un diario siempre narrado en off, en el que escribe una y otra vez cómo "Llegará una lluvia que se llevará toda esta mierda". Sólo, triste, rechazado... Travis pasa el tiempo libre que no está en el taxi bebiendo, yendo a Salas X y alimentándose con dietas desastrosas, que no hacen más que aislarle más de la sociedad en la que se halla.
La grandeza del personaje de Travis Bickle, es que todos somos o hemos sido alguna vez cómo él, ese sentimiento de rechazo, de soledad, se hizo patente en el público de los setenta, y es lo que mantiene aún hoy viva la película, por que pese a todos sus defectos, la conjunción Schrader-Scorsese-De Niro, entendió lo que significaba ese dolor y así lo representó en imágenes, trasmitiéndolo a un público que se dividía ante la asimilación e identificación y el rechazo, en especial por la violencia exhibida al final del film. No es de extrañar así que en un gesto sentimentaloide de la academia decidiera dar el Óscar a la mejor película al sueño americano hecho realidad en Rocky (ídem, 1976. John G.Avildsen) en detrimento del film de Scorsese, así cómo el Óscar a mejor actor póstumamente a Peter Finch por Network, un mundo implacable (Network, 1976. Sidney Lumet), que no a un personaje tan violento como el Travis de DeNiro.








El desencadenate de la locura de Travis finalmente será la relación que tiene con dos mujeres. La primera, Betsy (Cybill Sheperd), es la persona que él elige para acercarse a un mundo que no le pertenece, sin embargo, preso de la ignorancia, por un lado, y por otro, con ciertas ganas de arrastrarla hacia su particular submundo, la lleva a una Sala X, donde ella primero, lo encuentra divertido por lo atípico de la situación, y luego lo rechaza, sintiéndose insultada, y saliendo del cine escapándose, literalmente de Travis, que la sujeta por el brazo varias veces, sin lograr entender que es lo que había pasado. Luego Scorsese dibuja perfectamente lo que es y siente Travis, cuando en un plano en el que él esta llamando a Betsy para excusarse, Scorsese desvía el plano hacia un pasillo vacío. Eso es Travis: un gran vacío.
La segunda mujer que se cruza en el camino de Travis es la joven prostituta de doce años Iris (Jodie Foster), que una noche se introduce en su taxi llorando pidiendo que la saque de allí, cuando irrumpe su chulo Sport (Harvey Keitel), y por la fuerza la saca del taxi y se la lleva. Esa situación y su posterior encuentro con ella en una habitación, donde Travis es incapaz de tocar a la chica, tras haber negociado con Sport en una escena divertida y tensa a la vez, fruto de la improvisación entre estos dos monstruos de la interpretación (De Niro-Keitel, que en "Malas calles" ya compartieron escena y método de actuación, en otra divertida escena en que los personajes de Charlie (Keitel) y Johnny Boy (De Niro) discuten por las deudas de este último), le lleva a entender su función en la vida: Eliminar a la escoria como Sport.
A partir de ahí Taxi Driver se dispara, primero Travis compra un montón de armamento en otra inolvidable escena en la que un pasante ilegal le explica que es lo que hace cada tipo de arma, posteriormente mata a un negro que estaba atracando una tienda y empieza a acosar al candidato a presidente, el senador Pallantine (Leonard Harris) (2). Scorsese pasa del excelente retrato de espacio suburbano neoyorquino a la trinidad calvinista enunciada arriba, Travis está preparado. Ha hecho flexiones, ha soportado el dolor de la llama del fogón (igual que hacía Charlie en Malas Calles), se ha fabricado una prótesis para sacar una pistola por la manga, ha escrito a sus padres, ha puesto dinero en un sobre para Iris, se ha afeitado la cabeza a lo mohicano (o a lo punk, como se prefiera) y ha estado jugando con el espejo «Are you talking to me?».
La violencia del final del film llevó a cierta gente a tildar el film de fascista y ultraviolento, al igual que sucediera recientemente con El club de la lucha (The Fight Club, 1999. David Fincher), o en su día con La naranja mecánica (A Clockwock Orange, 1971. Stanley Kubrick). Dicha afirmación, además de ser ridícula, deja claro que esta gente no entendió la película. El fin de Travis, tal como él lo veía sólo podía pasar por la catársis, es un ser condenado desde el primer fotograma, su evolución desde que le rechaza la vendedora de palomitas del cine X (interpretada por la primera mujer de De Niro, Diahne Abbot) hasta que el individuo del taxi (interpretado por el propio Scorsese) le confiesa que va a matar a su mujer por que se está acostando con un negro, Travis está condenado. Así tras su fallido intento de matar a Pallantine, en una secuencia claustrofóbica, y sí, violenta, Travis libera a Iris provocando una matanza, pero cuando quiere suicidarse al final de la misma, no encuentra con que hacerlo. Sutil ironía para este sociópata que acabará encumbrado por los periódicos como nuevo héroe tras salvar la vida de Iris, la brutal escena acaba con un escalofriante travelling en picado que desciende lentamente desde la habitación de la matanza a la calle donde ya se aglomera la gente interesada por lo ocurrido. Sin embargo, y cómo refleja el último detalle del film en que Travis mira sobresaltado por el retrovisor por haber creído oír o ver algo, en palabras del propio Scorsese "Travis es una bomba de relojería capaz de estallar en cualquier momento".(3)
Las críticas de la época se dividieron entre acusar la violencia y encumbrar el trabajo de De Niro como actor, en esta tendencia escribió Jack Crollo para "Newsweek": «... de principio a fin, Taxi driver, pertenece a Robert De Niro, el más notable joven actor de las pantallas norteamericanas. La película se reduce a un grotesco pas à deux entre Travis y la ciudad, y De Niro tiene la misma capacidad para ejecutar este paso que han tenido los más grandes actores de cine, ya sea en forma de allegro, como Cagney, o de largo, como Brando. De Niro controla su cuerpo cómo si fuera una escultura en movimiento.» La realidad es que De Niro está sensacional, dando impresionantes muestras de improvisación, además de la escena con Keitel, las dos situadas en los bares con Betsy y Iris y la charla con el guardaespaldas de Pallantine, así como su conocido y ya mítico duelo frente al espejo. Sin embargo situar sólo la película cómo su logro es un error.
Cómo he dicho al principio, Taxi Driver es fruto de la magia de estos tres hombres (Schrader-De Niro-Scorsese) en una determinada época de sus vidas.







"Taxi driver no me parece una película fácil o sencilla, sino todo lo contrario: una durísima prueba de fuego del espectador, un fortísimo alegato, una incómoda película que pueda hacer pensar y que, lo que es más grave, puede llegar al fondo de muchas cuestiones en un momento en que el hombre se pregunta la razón por vivir"







Es una obra de arte la cual no se puede pasar por alto sin duda alguna.
Curiosidades:
Robert De Niro se presentó al rodaje con la carcterística cresta que luce al final de la misma, a Scorsese no le pareció del todo mal y la incluyó en el film.

Robert de Niro trabajó como taxista cuatro semanas antes de la filmación, esto con el fin de meterse de lleno en su papel. Es la primera película en la que se introdujo un primer plano de un vaso de agua, cuando Travis dialoga con los otros taxistas del turno de noche en la cafetería.
En una de las escenas finales, Robert de Niro mantiene una conversación con Jodie Foster sentados en un bar. En un momento dado Jodie Foster se quita las gafas de sol que lleva puestas y las deja encima de la mesa. Cuando al poco rato se las vuelve a poner son unas gafas completamente distintas.

Hay dos intervenciones de Scorsese en el film: la primera y la más conocida, es la del cliente cornudo de Travis que amenaza con matar a su mujer con una magnun; la segunda es un breve cameo, en la primera aparición de Betsy le vemos sentado en un banco dirigiendo la mirada a la chica.
En el guión original el personaje del proxeneta interpretado por Harvey Keitel era de raza negra. Dado que ya habían aparecido numerosos personajes antagonistas que también eran negros, se decidió que el proxeneta fuera blanco para no deteriorar la imagen de la población afroamericana

martes, 6 de noviembre de 2007

no tengo boca y debo gritar.


uno de los mejores libros de ciencia ficion sin duda alguna en el cual muchas peliculas de exito, usurparon las ideas deesta magnifica novelabrve pero intensa y llena de gran moral, yo como lector debo decir qeu si se llevase ala gran pantalla seria un gran exito, despuesde un mundo feliz y 2001 una odisea en el espacio es la novela de ficcion que mas me gusta es increible la recomiendo.



En el relato se cuenta como un ordenador (AM, tomado de Think, therefore I AM o lo que es lo mismo pienso luego existo) toma conciencia de sí mismo y decide acabar con la raza humana mediante un holocausto nuclear, rescatando únicamente a cinco personas, cuatro hombres y una mujer. Los mantendrá con vida y presos en un laberíntico bunker sólo para torturarlos como venganza contra la humanidad por haberle creado.
Los cinco humanos se ven condenados a una existencia horrible: AM les dota de vida inmortal, los alimenta con comida horrible y evita con su poder que puedan suicidarse para dar fin al sufrimiento al que los somete. Cuando un intento de conseguir comida fracasa, la desesperación se apodera de ellos y toman medidas drásticas: el narrador vence a la lógica de la máquina matando a sus cuatro compañeros. Como represalia, cuando trata de suicidarse, AM lo transforma en una bola gelatinosa incapaz de moverse para evitar que se autolesione. Careciendo incluso de boca, el narrador es incapaz de gritar y expresar el horror al que se ve sometido.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Blade runner-un mito de la ciencia ficcion.





Ver Blade Runner es internarse en todo un mundo nuevo, a la vez maravilloso y pesadillesco, donde la visión de un futuro no demasiado lejano confunde sus límites con la distopía de una realidad alternativa y subterránea que la estética del cine ha sido capaz de conjurar, permitiéndole colarse en nuestro propio mundo con todo su caudal alegórico y transformador. El filme dirigido por Ridley Scott en 1982 basándose en la novela del escritor de ciencia ficción Philip K. Dick, ¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?, ha terminado por convertirse en un clásico indiscutible de nuestro tiempo, hasta el punto de haberse ganado un lugar en la selecta filmoteca del Congreso de los Estados Unidos, y de poner en boca de todos los términos posmoderno y cyberpunk.
Pero antes llegar a este nivel de reconocimiento, la cinta habría de recorrer un largo camino a lo largo del cual supo ganarse la admiración de una fuerte legión de fans y el respeto de críticos y estudiosos que hicieron olvidar la relativa incomprensión de buena parte de la audiencia (y de la crítica) en tiempos de su estreno mundial. Y aún antes de esto, las escaramuzas de una producción nada fácil que vio enfrentarse a realizador y productores, a protagonista y director, descartarse sucesivos guiones y modificarse el montaje final, que Scott recuperó en su "Corte del Director", estrenado en 1992.
El resultado final, que no es otro que la impresión indeleble que esta sugestiva profecía ha dejado en los espectadores, cualquiera hubiera sido la "versión" que presenciasen, demuestra que Blade Runner, además de estar basada en sólidos fundamentos creativos, ha incorporado a su naturaleza la impronta de ciertas circunstancias fortuitas que no sólo forman parte de la leyenda de la realización, sino ya de su propia personalidad. Las razones por las que tantas personas han hecho de éste un filme de culto tienen mucho que ver con el hechizo de un diseño futurista tan complejo como coherente donde el punto de vista de la cámara no es la agresión de lo extraño sino la exaltación de su belleza -engañosa, por cierto-. El espectador asiste arrobado al espectáculo de maravillas que le depara un futuro próximo, como vistas aéreas de un paisaje urbano infinito y resplandeciente, vehículos que se elevan por encima de los rascacielos, inmensas chimeneas llameantes y otras construcciones farónicas.
En la apertura del filme, todo este paisaje fantástico se refleja y es devorado por la gélida superficie azul de un ojo gigantesco, indiferente (sospechamos) a tal magnificencia. La imagen expresa de manera perfecta la paradoja de una historia que no tarda en descorrer los velos sobre una realidad diametralmente opuesta, forjada precisamente por la complacencia del género humano ante la propia voracidad. En esta realidad disfrazada de esplendor el hombre se ha contentado con que la naturaleza haya sido arrasada y las personas vivan entre los desperdicios de una cultura rapaz, en el seno una sociedad éticamente abominable. Belleza y decadencia son una sola cosa en Blade Runner, y esta combinación extrañamente nos seduce, involucrándonos directamente en el mensaje del filme.
Pero yendo más allá de esto, el planteo argumental de la perenne realización de Ridley Scott es lo suficientemente serio, profundo y abarcador como para ejercer en los espectadores un efecto movilizador a través de a exposición de temas tan universales como son la identidad, el propósito del existir y lo que percibimos como realidad, tan vigentes en el año 2019 en que se sitúa la acción de la cinta, como en nuestro propio tiempo.






Como la mayoría de los relatos futuristas, la trama Blade Runner, ambientada en una hiper-industrializada ciudad de los Angeles del 2019, parte de la extrapolación de hechos sociales, económicos y ambientales en pleno proceso de desarrollo hoy en día, y de posibles encauzamientos de la tecnología inspirados por las proverbiales soberbia y antropocentrismo del género humano.
No cabe la menor duda de que las grandes corporaciones, los experimentos genéticos reñidos con la ética, la destrucción del medio ambiente y la desintegración social son hoy realidades palpables; todos estos elementos aparecen potenciados en el filme, que nos presenta un mundo crepuscular donde la humanidad se enfrenta a los fantasmas de su ruina moral bajo la forma de unos seres artificiales conocidos como "replicantes".
Creados genéticamente a imagen y semejanza del hombre para servirlo como esclavos en su vida en el espacio, aunque mejorados en cuanto a resistencia física, la inteligencia y sentido de auto-preservación de esta estirpe perfecta de androides (que representa asimismo un sentido de justicia universal) los ha llevado a rebelarse contra sus amos para liberarse del yugo que les ha sido destinado, y ahora buscan en la Tierra la contestación a sus muchas preguntas, pero fundamentalmente demandan la prolongación de su lapso vital de 4 años que les ha sido fijado en el momento de ser diseñados.
El gobierno se encarga de eliminar a estas díscolas criaturas o eufemísticamente, de "retirarlas", recurriendo a los servicios de policías especiales o "Blade runners", cazadores profesionales entre los que se cuenta el protagonista, Dick Deckard (Harrison Ford). Este se encuentra retirado de la fuerza porque ya no desea realizar más trabajos sucios, pero su superior Bryant lo obliga a regresar con una velada amenaza (le dice "si no eres policía no eres nadie", con lo cual puede significar su deportación para ser enviado como otros seres humanos aptos a las colonias espaciales, idea por la que el personaje, en la novela de Philip K. Dick, siente una especial aversión.
El encargado de reclutar a Deckard es Gaff, un policía de mueca torva e impenetrable personalidad que habla una confusa jerga -mezcla de húngaro, japonés y otros idiomas-, tan difícil de desentrañar como su indefinido origen étnico. Este oscuro personaje será el nexo del blade runner con el cuartel de policía, y lo secundará y/o vigilará discretamente en varios pasos de la pesquisa.
Deckard asiste entre escéptico y sardónico a la presentación del caso que hace Bryant: Cinco replicantes de la generación Nexus 6, tres varones y dos mujeres, se amotinaron en una colonia espacial y consiguieron apoderarse de un crucero espacial, asesinando a su pasaje y tripulación. La nave abandonada es descubierta dos semanas más tarde en la costa, y poco después uno de los replicantes se electrocuta al intentar infiltrarse en las instalaciones de la Tyrell Corporation, la empresa que fabrica a los Nexus 6; mientras tanto, los restantes logran escapar y mimetizarse con la población humana. Finalmente uno de ellos es detectado trabajando en la sección desperdicios de la misma corporación, y al ser sometido a una prueba llamada
test de Voight Kampff por un colega de Deckard, ataca a éste dejándolo al borde de la muerte.
Para que conozca al adversario, el blade runner es invitado a practicarle la misma prueba a una empleada del Doctor Tyrell (dueño de la corporación del mismo nombre); se trata de Rachael, una inteligente y sofisticada replicante que a Deckard le resulta casi imposible distinguir de un humano. El policía se percata de que ella no sabe que es una criatura artificial, y ante su incredulidad Tyrell le revela su secreto: la implantación de recuerdos pertenecientes a una persona real que tiene por objeto brindarle toda la "experiencia" que no ha tenido tiempo de acumular y a la vez suavizar sus emociones, tornándola más "manejable".
A partir de entonces Deckard se internará, sin más compañía que la esporádica aparición de Gaff vigilando sus pasos, en la peligrosa tarea de rastrear y "cazar" a los replicantes: Zhora (asesina entrenada para el crimen político), Pris (modelo de placer), Leon (operario nuclear) y el líder Roy Batty (modelo de combate), aunque en más de una ocasión los papeles estén a punto de invertirse. Y como si esto no fuera suficiente problema, comenzará a desarrollar un desconcertante sentimiento romántico hacia Rachael, quien luego de conocer su verdadera naturaleza escapa de la tutela de Tyrell, convirtiéndose automáticamente en una nueva presa para el policía.
La ambivalente posición de Deckard con respecto a los replicantes y su razón de ser terminará por definirse hacia el desenlace, cuando su enfrentamiento definitivo con el líder de los androides le revele una faceta inesperada de aquéllos, la cual le hará replantear sus convicciones e intentar una huida junto a Rachael.












SIMBOLOGIA












Muchos espectadores no se dan cuenta del a menudo extensivo nivel de signigficados ocultos que escritores y directores introducen intencionalmente en sus trabajos. Algunas veces el resultado pretende ser serio; otras sólo representa un guiño juguetón dirigido a los conocedores. Un buen ejemplo de esto último son las imágenes de R2-D2 y de C3-PO, los robots de La Guerra de Las Galaxias, que aparecen en un mural egipcio como fondo en Los Cazadores del Arca Perdida (George Lucas dirigió la primera y produjo la segunda película). Es probablemente mejor explorar algunos pocos y "obvios" mensajes ocultos en Blade Runner. El Corte del Director antes de comenzar a hurgar en asuntos más arcanos.






Una de las escenas críticas del filme gira alrededor del intento de Roy Batty por llegar a su creador, el Dr. Eldon Tyrell, a través de J.F. Sebastian. Una partida de ajedrez entre Batty y Tyrell pasa a ocupar el centro de la escena. El ajedrez ha sido tradicionalmente el juego real de la vida -un conflicto entre los poderes de la oscuridad y de la luz por la dominación del mundo-. En un primer nivel, el juego representa las luchas intelectuales de Batty y de Tyrell (primero sobre el tablero de ajedrez, y luego mientras Tyrell trata de razonar con el replicante). En un segundo nivel, la partida tiene ecos de las luchas de los replicantes (peones) por obtener más vida y volverse humanos (convertirse en "reyes"). Los movimientos finales en el juego son particularmente instructivos. Roy ataca (Reina a Alfil 6) con el espíritu del jugador bajo la Voluntad. Tyrell quita (Caballo toma a la Reina) con una pieza representativa del intelecto vacío de espíritu. Roy finaliza el juego (Alfil a Rey 7) con un movimiento reafirmando la primacía de lo espiritual por encima del campo físico.






Mientras sigue las pistas, Deckard hace que una fabricante de peces artificiales examine la escama que ha encontrado en la bañera de León. Las imágenes usadas como efectos especiales son las de un brote de marihuana hembra.






El simbolismo de los ojos es rampante en todo el filme. Algunos de los ejemplos más prominentes son: close up de un ojo durante la secuencia de apertura; la importancia de los ojos en el test Voight Kampff; la visita a al "Mundo de los ojos" de Chew, donde tanto éste como León manipulan ojos; el intento de los replicantes de matar a seres humanos hundiéndoles los ojos; los ojos de la lechuza son mostrados en varias oportunidades; Roy Batty juega con unos ojos de juguete encajados en anteojos cuando está en lo de Sebastian; los ojos de Deckard y de los replicantes fulguran; el Dr. Tyrell usa un par de anteojos trifocales que magnifican sus ojos. En esta conexión resulta útil citar una historia de E.T.A. Hoffman llamada "El Autómata". En ella, un hombre se enamora de una autómata que toca el piano. Luego de percatarse de su verdadera naturaleza, se suicida lanzándose desde un edificio. Ya que fueron los ojos los que la delataron, el hombre grita "qué bellos ojos" justo antes de saltar. Las correspondencias aquí con Rachael (una replicante que toca el piano) y Deckard (se enamora de Rachael, intenta un salto casi suicida del edificio de Sebastian) son inconfundibles.Cuando Gaff "arresta" a Deckard en un puesto de venta de "sushi" en el comienzo, hay mucho más en juego que una comida interrumpida. El acontecimiento marca la transición entre un sedado retiro (recuérdese que el replicante muerto es el que ha sido "retirado") a una frenética lucha entre la vida y la muerte o alternativamente, su despertar de la oscuridad de la ignorancia a la luz del conocimiento. Es más que una coincidencia que deba estar comiento pescado en este momento decisivo: el pescado es la comida sacramental de muchas religiones basadas en un Misterio (por ejemplo la Ultima Cena, la comida Sabática Hebrea, y numerosas fiestas de los muertos). Universalmente, repartir el pescado es renovar o sustentar simbólicamente la vida.






Pris, la replicante prostituta, tiene fecha de inicio (nacimiento) el 14 de Febrero, día de San Valentín.






La repetida aparición del número 23 como parte integral de números importantes que aparecen en el transcurso del filme es una de las primeras irregularidades que atrajeron mi atención. Robert Anton Wilson (1988) ha comentado extensamente la "sincronicidad del 23" y sus significados aparentes. En el corte del director de Blade Runner este número es citado desordenadamente gran cantidad de veces. Algunos ejemplos son: los replicantes renegados matan a 23 personas en la nave secuestrada, el spinner de la policía de Los Angeles es número 995 (9+9+5=23), el teléfono de Rachael es 555-7583 (7+7+5+3= 23), el número de licencia de Deckard, B26354 (2+2+6+3+5+4=22), y el del departamento de Sebastian, (46751) (4+6+7+5+1=23). El número 23 es representativo del hombre emprendiendo la Gran Tarea -el Matrimonio Místico de los Cabalistas-, o unión con la cabeza de Dios. El primero abandona sus comodidades y luego el mundo en su totalidad. No hay vuelta atrás para alguien que ha iniciado este camino que es claramente representativo del camino de Deckard y el de otros replicantes.Con suerte, estos ejemplos serán suficientes para mostrar que una considerable cantidad de material oculto subyace bajo la superficie de Blade Runner.

viernes, 2 de noviembre de 2007

charles chaplin



El niño nació a las ocho de la tarde del 16 de abril de 1889 en la calle londinense de East Lane, Walworth. No era un buen momento para la familia. El padre, Charles, había abandonado el hogar en pos de su afición alcohólica, y Hannah se vio obligada a mantener por sí sola a sus hijos Sydney y Charles. Estaba en la cumbre de su carrera artística con el pseudónimo de Lily Harvey, pero comenzaba a fallarle la voz. En 1894, durante una función en Aldershot, su gorjeo se quebró en medio de una canción. El empresario envió a escena al pequeño Charles, de cinco años, que imitó la voz de Lily incluyendo el desfallecimiento final, para gran diversión del público. Ése fue su debut artístico.
El fracaso y la falta de dinero trastornaron la salud mental de Hanna Hill, que comenzó a dar muestras de extravío. Ella y los niños pasaron a vivir en el asilo de la calle Lambeth. Sydney y Charlie asistieron un tiempo a la escuela para niños pobres de Hanwell, sufriendo su severa disciplina y las burlas de los niños más afortunados. En 1896 el estado de Hannah obligó a recluirla en un sanatorio frenopático. Al año siguiente, Charlie se unió a los Eight Lancashire Lads (Los ocho muchachos de Lancashire), un grupo de actores juveniles aficionados que hacían giras por los pueblos. Más tarde formó parte de otras compañías ambulantes, ya profesionales aunque muy modestas. En 1898 murió el padre, mientras Charlie Chaplin era ya un experto actor infantil. En 1901, con doce años, representó el rol de protagonista en Jim, the Romance of a Cockney, y cuatro años más tarde realizó una gira con The Painful Predicament of Sherlock Holmes. El año 1906 fue afortunado para el joven cómico. Se inició con un contrato en el Casey Court Circus como una de las primeras atracciones, y finalizó con otro contrato para la célebre compañía de pantomimas de Fred Karno, en la que también actuaba Stan Laurel.
Los comienzos en Hollywood
A los diecinueve años Charlie vivió el primero de sus numerosos e intensos romances, al enamorarse perdidamente de la joven actriz Hetty Kelly. Con Fred Karno el futuro Charlot había perfeccionado y diversificado sus notables recursos mímicos, y el director lo incluyó en la troupe que realizaba una gira a París en 1909 y al año siguiente otra de seis meses por Estados Unidos. Fue la época en que Mack Sennett obtuvo un gran éxito con sus filmes cortos de bañistas y policías, basados en corridas, gesticulaciones exageradas, palos y peleas con tartas de crema. Sennett adivinaba las posibilidades cinematográficas de la mímica más refinada y compleja de Chaplin, y cuando éste realizó su segunda gira en 1912 lo convenció para que se incorporase a su productora, la Keystone.


Charlie Chaplin llegó a Hollywood en la primavera de 1913, y comenzó a trabajar en noviembre. El 2 de febrero de 1914 se estrenaba su primera película, Making a Living (Ganándose la vida, también conocida como Charlot periodista). En ese mismo año rodó 35 films de un rollo (cortos de entre doce y dieciséis minutos de duración), escritos y dirigidos por Sennett, el propio Charles u otros directores. Todavía sus caracterizaciones eran sólo esbozos del vagabundo ingenuo y sentimental que le daría fama en todo el mundo, pero como Chaplin interpretaba en cada uno un oficio o situación distinta, se los bautizaría luego como Charlot bailarín, Charlot camarero, Charlot de conquista, Charlot ladrón elegante, etc. El éxito fue arrollador, y en 1915 la productora Essanay le robó a Sennett su estrella por un contrato de 1.500 dólares a la semana. Cifra fabulosa para un cómico de cine mudo, que en Keystone venía cobrando diez veces menos.
Con la Essanay, Chaplin pasó a escribir y dirigir los catorce films que rodó ese año. Tenían ya una duración de dos rollos, una trama más complicada que introducía toques románticos y melancólicos en la receta humorística, y un guión meticulosamente estructurado y ensayado. Chaplin era el protagonista absoluto (en alguno en rol femenino), y en la mayoría de ellos su partenaire era Edna Purviance. Cabe recordar A Night in the Show, The Champion, The Night Out y sobre todo The Tramp (El vagabundo), en la que redondeaba el personaje que luego se conocería como Charlot. Él mismo contaría después que fue escogiendo casi al azar -como lo haría un vagabundo real- el sombrero, el bastón, los anchos pantalones, la chaqueta estrecha y los zapatones. El resultado fue el atuendo más famoso y perdurable en la historia del cine.
La celebridad de Chaplin y su personaje era ya universal (el nombre de Charlot se lo daría en 1915 el distribuidor de sus filmes en Francia), y el exitoso mimo cambió nuevamente de productora en 1916. Con la Mutual realizaría doce películas en dos años, entre ellas The Pawnshop (El prestamista), Easy Street (La calle de la paz) y especialmente The Immigrant (El inmigrante), las tres con Edna Purviance. A principios de 1918 la First National contrató a Charlie Chaplin por la cifra récord de un millón de dólares anuales. Fue también el año de la primera de sus bodas con jovencitas casi adolescentes. Su matrimonio con la actriz secundaria de diecinueve años Mildred Harris, celebrado el 23 de octubre, duraría hasta 1920 y el divorcio le costó a Charles 200.000 de sus preciosos dólares.
También en 1918 realizó una gira para vender bonos de guerra junto a otras dos superestrellas de la época: Mary Pickford (llamada «La novia de América») y el galán acrobático Douglas Fairbanks. Con la First National filmó doce películas entre ese año y 1922, algunas tan clásicas en su filmografía como A Dog Life (Vida de perro) y Shoulder Arms (Armas al hombro). Y también la que se considera su primera obra maestra, en la que cinceló su estilo tragicómico, crítico y sutilmente conmovedor: The Kid (El chico), con Jackie Coogan, la infaltable Purviance y seis rollos de duración. En 1921 regresó por primera vez a Europa para el estreno de esa película y recibió una recepción multitudinaria, al tiempo que la severa crítica europea lo consagró como un genio del cine.

libros

  • angeles y demonios
  • el hobbit
  • el señor de los anillos
  • en las profundidades
  • gran hermano
  • ivanhoe
  • la historia interminable
  • la naranja mecanica

nosotros adoramos el cine

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